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El módulo Activo fijo pone a disposición los métodos de depreciación de gestión comúnmente utilizados por el profesional de las áreas contables y de patrimonio. Sirve para medir el real valor del inmovilizado, en conformidad con el proceso de convergencia de las normas contables brasileñas a las normas contables internacionales y en base a las orientaciones del CPC 27 – Activo Inmovilizado– e ICPC 10 –Interpretación sobre la Aplicación Inicial al Activo Inmovilizado y a la Propiedad para Inversión de los Pronunciamientos Técnicos CPC 27, 28, 37 y 43.

El sistema está apto para utilizar los siguientes métodos de depreciación de gestión:

Lineal o cuotas constantes

Suma de los dígitos

Reducción de los saldos

Unidades producidas

Horas trabajadas

Lineal con valor máximo de depreciación


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CPC 27 – Activo fijo: Depreciación, parágrafos 31 a 37

Definición de las reglas de depreciación:

Depreciación: Cada componente de un ítem del activo inmovilizado con costo significativo en relación con el costo total del ítem debe ser depreciado por separado.

El ente asigna el valor inicialmente reconocido de un ítem del activo inmovilizado a los componentes significativos de ese ítem y hace su depreciación por separado. Por ejemplo: puede ser adecuado depreciar por separado la estructura y los motores de la aeronave, ya sea de propiedad del ente u obtenida por medio de operación de arrendamiento mercantil financiero. De manera similar, si el arrendador adquiere un activo inmovilizado que esté sujeto a arrendamiento mercantil operativo, puede ser adecuado depreciar por separado los montos relativos al costo de aquel ítem que sean atribuibles a condiciones del contrato de arrendamiento mercantil favorables o desfavorables respecto a las condiciones de mercado.

Un componente significativo de un ítem del activo inmovilizado puede tener la vida útil y el método de depreciación iguales a la vida útil y el método de depreciación de otro componente significativo del mismo ítem. Esos componentes pueden agruparse en el cálculo del gasto de depreciación.

Según el ente deprecia por separado algunos componentes de un ítem del activo inmovilizado, también deprecia por separado lo remanente del ítem. Ese remanente consiste en componentes de un ítem que no son individualmente significativos. Si el ente tiene expectativas diferentes para esas partes, técnicas de aproximación pueden ser necesarias para depreciar lo remanente de manera que represente de forma fehaciente el estándar de consumo y/o la vida útil de esos componentes.

El ente puede elegir por depreciar por separado los componentes de un ítem que no tengan costo significativo en relación con el costo total del ítem.

El gasto de depreciación de cada período debe reconocerse en el resultado, a menos que se lo incluya en el valor contable de otro activo.

 La depreciación del período debe reconocerse normalmente en el resultado. Sin embargo, a veces los beneficios económicos futuros incorporados en el activo son incorporados a la producción de otros activos. En esos casos, la depreciación forma parte del costo de otro activo y debe incluirse en su valor contable. Por ejemplo: la depreciación de máquinas y equipos de producción se incluye en los costos de producción de stock (ver el Pronunciamiento Técnico CPC 16 – Stock). De manera semejante, la depreciación de activos inmovilizados utilizados para actividades de desarrollo puede incluirse en el costo de un activo intangible reconocido de acuerdo con el Pronunciamiento Técnico CPC 04 – Activo Intangible.


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CPC 27 – Activo fijo: Valor depreciable y período de depreciación, parágrafos 50 a 62

Definición de las reglas de depreciación:

Valor depreciable y período de depreciación: O valor depreciable de un activo debe ser apropiado de forma sistemática a lo largo da su vida útil estimada.

El valor residual y la vida útil de un activo son revisados por lo menos al final de cada ejercicio y, si las expectativas divergen de las estimaciones anteriores, el cambio debe contabilizarse como cambio de estimación contable, según el Pronunciamiento Técnico CPC 23 – Políticas Contables, Cambio de Estimación y Rectificación de Error.

Se reconoce la depreciación aunque el valor justo del activo exceda su valor contable, siempre y cuando el valor residual del activo no exceda su valor contable. El reparo y el mantenimiento de un activo no evitan la necesidad de depreciarlo.

El valor depreciable de un activo se determina tras la deducción de su valor residual. En la práctica, el valor residual de un activo frecuentemente no es significativo y por eso inmaterial para el cálculo del valor depreciable.

El valor residual de un activo puede aumentar. El gasto de depreciación será cero mientras que el valor residual subsiguiente sea igual o superior a su valor contable.

La depreciación del activo se inicia cuando este esté disponible para uso, es decir, cuando esté en el local y bajo condición de funcionamiento en la forma pretendida por la administración. La depreciación de un activo debe cesar en la fecha en la que el activo se clasifica como mantenido para venta (o incluido en un grupo de activos clasificado como mantenido para venta de acuerdo con el Pronunciamiento Técnico CPC 31 – Activo No Circulante Mantenido para Venta y Operación Discontinuada) o, aún, en la fecha en la que se baja el activo, lo que ocurra primero. Por lo tanto, la depreciación no cesa cuando el activo se vuelve ocioso o se remueve del uso normal, a no ser que el activo esté totalmente depreciado. Sin embargo, de acuerdo con los métodos de depreciación por el uso, el gasto de depreciación puede ser cero mientras no haya producción.

Los beneficios económicos futuros incorporados en el activo son consumidos por el ente principalmente por medio de su uso. No obstante, otros factores, tales como obsolescencia técnica o comercial y desgaste normal mientras el activo permanece ocioso, muchas veces originarán la disminución de los beneficios económicos que podrían haber sido obtenidos del activo. Consecuentemente, todos los siguientes factores se consideran en la determinación de la vida útil de un activo:

  • uso esperado del activo que se evalúa en base a la capacidad o producción física esperadas del activo.
  • desgaste físico normal esperado, que depende de factores operativos tales como el número de turnos durante los cuales se utilizará el activo, el programa de reparos y mantenimiento y el cuidado y el mantenimiento del activo mientras esté ocioso.
  • obsolescencia técnica o comercial proveniente de cambios o mejorías en la producción, o de cambio en la demanda del mercado para el producto o servicio derivado del activo.
  • límites legales o semejantes en el uso del activo, tales como las fechas de término de los contratos de arrendamiento mercantil relativos al activo.


La vida útil de un activo se define en términos de la utilidad esperada del activo para el ente. La política de gestión de activos del ente puede considerar la enajenación de activos tras un período determinado o tras el consumo de una proporción específica de beneficios económicos futuros incorporados al activo. Por ello, la vida útil de un activo puede ser menor que su vida económica. La estimación de la vida útil del activo es una cuestión de juzgamiento basado en la experiencia del ente con activos semejantes.

Terrenos y edificios son activos separables y se contabilizan por separado, incluso cuando se adquieren juntos. Con algunas excepciones, como las pedreras y los locales utilizados como aterramiento, los terrenos tienen vida útil ilimitada y, por lo tanto, no son depreciados. Los edificios tienen vida útil limitada y por ello son activos depreciables. El aumento de valor de un terreno en el que esté construido un edificio no afecta el valor contable del edificio.

Si el costo del terreno incluye costos de desmantelamiento, retiro y restauración del local, esa porción del valor contable del terreno es depreciada durante el período de beneficios obtenidos al incurrir en esos costos. En algunos casos, el terreno puede tener vida útil limitada, por lo cual se depreciará de modo a que refleje los beneficios que se retirarán de él. Método de depreciación.

El método de depreciación utilizado refleja el estándar de consumo por el ente de los beneficios económicos futuros.

El método de depreciación aplicado a un activo debe revisarse por lo menos al final de cada ejercicio y, si hay alteración significativa en el estándar de consumo previsto, el método de depreciación debe modificarse para reflejar tal cambio. El cambio debe registrarse como cambio en la estimación contable, de acuerdo con el Pronunciamiento Técnico CPC 23 – Políticas Contables, Cambio de Estimación y Rectificación de Error.

Varios métodos de depreciación se pueden utilizar para apropiar de forma sistemática el valor depreciable de un activo a lo largo de su vida útil. Tales métodos incluyen el método de la línea recta, el método de los saldos decrecientes y el método de unidades producidas. La depreciación por el método lineal resulta en el gasto constante durante la vida útil del activo, en caso de que no se modifique su valor residual. El método de los saldos decrecientes resulta en gasto decreciente durante la vida útil. El método de unidades producidas resulta en gasto basado en el uso o producción esperados. El ente selecciona el método que refleje mejor el estándar del consumo de los beneficios económicos futuros esperados incorporados al activo. Ese método se aplica de manera consistente entre períodos, a menos que exista modificación en ese estándar.


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